jueves, 23 de agosto de 2007

Un día normal en mi trabajo

Hay que ver que fácil es solucionar las cosas con dos hostias.
El otro día me llegan dos “jinchos” para devolverme un woofer que habían roto ellos mismos y con la historia de que les tenía que dar otro igual por su cara bonita.

Después de media hora de intentar meterles. en esa cabeza llena de todo menos de cerebro, que no les iba a dar otro woofer decidí devolverles el dinero y comerme el marrón del woofer roto con la condición de que no se llevasen otro porque lo iban a romper otra vez, debido a la configuración de su amplificador.

Con toda su picaresca, manda a un amigo a comprar otro para al día siguiente venir con la misma historia, el woofer estaba roto.
Después de varias amenazas de te voy a rajar, te voy a dar dos hostias y demás paridas que me resbalan, se les fue la fuerza por donde la espalda acaba su nombre al ver a dos agentes de la Policía Nacional entrar por la puerta.

Había que verlos, parecían cuatro corderitos que no habían roto un plato y ni dos hostias ni nada, se les va la fuerza por la boca como a todos.
Así se sienten mas machotes, amenazando al no poder conseguir las cosas como personas civilizadas.

En fin, lo que no sabían ellos es que no eran los primeros que ese día se había ofrecido a tan dudoso donativo.

lunes, 20 de agosto de 2007

Concierto de Fito

“Algo lo que me invade, todo viene de dentro…”
Menudo el concierto de Fito el sábado en Torrevieja,
fue como estar escuchándolo por la radio y viéndolo a la vez.
Estuve casi todo el concierto babeando, viendo como sonaban esas guitarras, ese bajo,… y la verdad es que me ha dado un pequeño empujón para ir hacia delante con mi gran afición musical.
A mi colega James, lo tengo ya medio agobiado, dándole canciones para aprender y volver a ensayar en nuestra “mini banda”, que aunque no seamos profesionales nos lo pasamos bien con la música.

Dicen que la música amansa a las fieras, pero yo añado también que hace olvidar y vivir la vida de otra forma.

Además, una vez mas, mi pareja volvió a cumplir un pequeño sueño, ir a un concierto de Fito, y pagando, que parece que las cosas que no cuestan dinero no tienen importancia, o al menos eso dicen por ahí.

sábado, 18 de agosto de 2007

Historia de La Tuna

En el año 1.212, bajo el reinado de Alfonso VIII, se fundó en Palencia el primer "Studium generale", precedente de lo que más tarde serían las Universidades. A estos Estudios Generales y a los que sucesivamente se crearon, acudían jóvenes de toda condición entre los que surgieron los SOPISTAS, predecesores de los actuales tunos.

Los sopistas eran estudiantes pobres que con sus músicas, simpatía y picardías recorrían figones, conventos, calles y plazas a cambio de un plato de sopa (cosa que les otorgó el nombre) y de unas monedas que les ayudaban a costear sus estudios. Cuando anochecía y una vez sonaba la campana de queda o recogida, salían a rondar los balcones para enamorar a las féminas que pretendían. Recibían el nombre de sopistas porque de ellos se decía que vivían de la sopa boba; siempre iban provistos de cuchara y tenedor de madera, lo que les permitía comer en cualquier lugar donde se les presentaba la ocasión. Estos cubiertos de madera eran distintivo de los sopistas, siendo en la actualidad símbolo de todas las Tunas Universitarias.

Era esta la versión española de un fenómeno generalizado en toda Europa durante la Edad Media y que se conoció con el nombre de Goliardos, los cuales representaban la bohemia universitaria viviendo como juglares y trovadores.

La primera referencia escrita a los sopistas data del año 1.300 y apareció en el "Liber constitutionem" de la Universidad de Lérida, donde se prohibía las rondas nocturnas de los escolares y se condenaba a los rondadores a la pérdida de los instrumentos, pues rompían el silencio y descanso de la ciudad.

En 1.348, Alfonso X "El Sabio", se refiere a los sopistas en "Las Partidas", diciendo: "Esos escholares que troban y tañen instrumentos para haber mantenencia".

De la misma época es la obra "Razón de amor y denuestos del agua y el vino", cuyo autor se retrata en la introducción: "Un escolar la rimó, que siempre dueñas amó". Y en ella se alude a las cintas de amor que prenden sobre la capa del escolar, por una de las cuales una dama reconoce al protagonista en la oscuridad de la noche.

El Arcipreste de Hita compuso más de diez pliegos de cantares para "escolares que andan nocherniegos e para muchos otros por puertas andariegos", y en su "Libro del buen amor" hace referencia al carácter mendicante de estos estudiantes: "Señor dat a escolar que vos viene a demandar. Dat limosna o ración faré por vos oración".

Fué en el siglo XVI cuando se formaron las tunas tal y como hoy las conocemos. Los sopistas se acogieron a la "Instrucción para bachilleres de pupilos" dictada en 1.538, norma que ofrecía vivienda a los estudiantes que no podían costearla. En ellas no podían mezclarse estudios diferentes y eran dirigidas por los estudiantes más antiguos, a los que se llamaba "bachilleres de pupilos", pues además debían apoyar en sus estudios a los bobos o estudiantes nuevos. Estas casas eran, por sus características, habitadas mayoritariamente por sopistas, y nunca fueron ejemplo para el estudio serio, y así en el libro "La vida del Pícaro Guzmán de Alfarache" encontramos:

" . . . no querían ver libro, ni atender a lo que habían venido a la Universidad; jamás se les caían las guitarras de las manos, daban mucho entretenimiento, cantaban muy bueno sonetillos y siempre tenían de nuevos, y los sabían hacer muy bien y pasar el instrumento".

Así, los pupilos que querían formar parte de las camadas sopistas, se convertían en escuderos de estos a cambio de que les instruyeran en su arte, lo cual permitía a los sopistas llevar una vida similar a la de los estudiantes ricos. Los nuevos que esto decidían, debido a su inexperiencia, eran el centro de la broma en las correrías de sus maestros, pero una vez terminado el pupilaje, el nuevo era admitido como uno más, y así en el libro "Historia de la vida del Buscón" de Quevedo, se hace referencia a estas costumbres que todavía hoy perduran:

"Viva el compañero, y sea admitido en nuestra amistad; goce de las preeminencias de antiguo; pueda tener sarna, andar manchado y padecer el hambre que todos!".

Como muy bien expresa D. Emilio de la Cruz y Aguilar en sus "Chrónicas de la Tuna", "A pesar del paso y cambio de los tiempos, los tunos siguen siendo viva credencial de la juventud de siempre, los mismos antiguos juglares y trovadores escolares que siguen en el mester, los entrañables y nocherniegos universitarios que, desde hace muchos siglos, sucediéndose a sí mismos, recorren rondando el mundo, cultivan los instrumentos populares y practican un género de música entroncada directamente con las albadas medievales o los cantos escolares pobres, testificando así este fenómeno cultural único . . . "

Por último, recordar a Jiménez Catalán y Sinués y Urbiola, historiadores de la Universidad de Zaragoza, cuando decían que:

" . . . de estas comparsas de tunos y sopistas salieron hombres que gobernaron a España y ocuparon puestos preeminentes en las letras, la política y el foro".

"Cabezón" Tuna de Aparejadores de Valencia

Pignoise

Mentiras Que no las puedo elegir
Antes que las verdades
Para no hacerte sufrir
Para hacer… para hacer
Que te sientas tan bien
Que te pueda gritar.
No me sirve de nada
De nada me vale
Yo te prefiero mentir
Yo prefiero… prefiero
Que no te des cuenta
Y aprendas.
Quizás perturbación
Quizás mala intención.
Mentiras Forman parte de tu vida
Te las cuentan cada día
Te alimentan de alegría
Y es mejor decir mentiras
Que luego todo se olvida
Es la mejor medicina
Y es que nunca contaminan
Yo quiero escuchar mentiras.
Yo es que me siento tan bien
Cuando no me doy cuenta
Si nada quiero saber
Si no quiero quitar la venda de mis ojos
Y poder mirar
Nadie sabe que encuentra
Si no estas a ciegas
Yo quiero felicidad
Yo prefiero cerrar bien la puerta
A mi parte sincera.
Quizás perturbación
Quizás mala intención.
Mentiras Forman parte de tu vida
Te las cuentan cada día
Te alimentan de alegría
Y es mejor decir mentiras
Que luego todo se olvida
Es la mejor medicina
Y es que nunca contaminan
Yo quiero escuchar mentiras.
Quizás perturbación
Quizás mala intención
Mentiras Forman parte de tu vida
Te las cuentan cada día
Te alimentan de alegría
Y es mejor decir mentiras
Que luego todo se olvida
Es la mejor medicina
Y es que nunca contaminan
Yo quiero escuchar mentiras.

viernes, 3 de agosto de 2007

Viva la libertad de expresión

Aunque para algunos la libertad de expresion es un derecho de cualquier ciudadano español y otros asi lo venden en sus blogs, parece ser que solamente es eso, vender unas ideas disfrazadas con piel de cordero y dientes de lobo.

He tenido que trasladar mi cuenta de host debido a queuna de dos:
1º- Se me ha negado esa libertad de expresion, porque al parecer a alguien no le gusta leer ciertas opiniones que le pueden ser atribuidas, aunque no por ello tienen que ser ciertas, pero al que le pica....ajos come,
2º-Por que las buenas palabras y hechos que se venden han encontrado un vendedor que no pone precio a su vida
3º- Y yo que sé... empoeza por ego- y termina por...

Vive y deja vivir, o por lo menos deja vivir

He vuelto

Después de algún tiempo sin pasar por aquí me he decidió a retomar este blog, no porque realmente lo tenga que utilizar para llenar ningún vacío de mi vida, sino porque simplemente me apetece escribir y así me relajo un poco con cosas que me suceden a mi y en mi entorno.

Un día alguien me dijo que las palabras se las lleva el viento, y efectivamente, no solo se las lleva el viento sino que por el poco peso que tienen algunas palabras, simplemente caen por su propio peso.
Otra frase de esas memorables es la de “El que siembra recoge” y la verdad es que estamos en época de recogida…
Pero mas allá de cualquier frase hecha está la palabra que a mi mas me gusta: “EVIDENTEMENTE” y jugando al juego de las definiciones la vuelvo a colgar para refrescar la memoria a quien sea frágil de recuerdos

Evidentemente

(Del lat. evĭdens, -entis).

1. adj. Cierto, claro, patente y sin la menor duda.

2. adj. U. como expresión de asentimiento.

Dejémonos de demagogias, falsedades, lamentos y palabras bonitas y no neguemos la evidencia,
dejémonos de herir a quien decimos que amamos y/o decir que amamos a quien herimos,
dejémonos de mirarnos y vender nuestra pena y sobre todo dejemos de manipular… que ya huele.